Elisabeth soñaba con un parto natural, por razones médicas debió programar una cesárea, aunque no se lo esperaba, hizo de esa experiencia un momento precioso, único e inolvidable. Elisabeth preparó su parto con el curso online de Parto Positivo ¡Enhorabuena Elisabeth! Os dejo con su testimonio:
Cuando me enteré que estaba embarazada, además de una felicidad extrema me invadió el miedo, me daba pánico pensar en el parto, en todas las complicaciones que podían surgir, miedo irracional a que nos pasara algo a mí o a mi bebé. Fue entonces cuando tras una búsqueda en internet sobre cómo vencer todos esos miedos di con el curso online de Hipnoparto. Me apunté decidida a cambiar mi forma de pensar y hacer de esa experiencia única, algo positivo.
Todo el embarazo fue genial no obstante, en el primer control me detectaron un mioma subseroso que fue creciendo hasta quedarse en 9 centímetros. A mediados de Noviembre nos confirmaron lo que temíamos desde el principio: el mioma estaba obstruyendo el canal de parto y era imposible un parto natural, había que programar la cesárea.
Momentáneamente entré en pánico, me había estado preparando con el curso para vivir un parto natural y ahora las cosas habían cambiado por completo. Pero lejos de dejarme invadir por el miedo, decidí que era hora de tomar la riendas y hacer de esa cesárea un momento precioso, único e inolvidable. Tenía toda la información del curso y sabía lo que quería.
Recorrí todos los hospitales de mi ciudad, públicos y privados para ver cuál tenía la cesárea más respetada y humanizada. Para mi sorpresa, el hospital donde se encontraba mi ginecólogo de confianza era el menos respetuoso en cuanto a cesáreas (aunque sin gran diferencia con respecto al resto), la reanimación la haces sola y te dejan separada del bebé y del padre unas dos horas.
Sé que sin el curso no habría tenido el valor de pedir que las cosas cambiaran pero gracias a ello, me empodere y algunas semanas antes del parto decidí hablar con mi ginecólogo. Le dije que quería que él asistiera mi cesárea porque él era el que me hacía sentir segura y que en él confiaba al 100% pero a su vez que no estaba de acuerdo con el protocolo de las cesáreas del hospital y si tenía que recurrir a otro hospital, lo haría. Le expresé que no quería que me separaran de mi hija. Él entendió mi decisión y se mostró muy comprensivo en todo momento, llamó a la matrona directamente y le comentó mis necesidades y lo hablaron con el resto del personal. Me dijo que no me preocupara, que llegado el momento iban a respetar mi decisión y que él estaría ahí para recordárselo al resto del personal. Eso me tranquilizó muchísimo, me sentí orgullosa de haber sabido transmitir mis necesidades y no puedo estar más agradecida porque sé que sin el curso jamás hubiera tenido el valor de pedirlo.
Nos programaron la cesárea pero una semana antes, en una visita rutinaria, descubrieron que me había quedado sin líquido amniótico y me ingresaron. Había llegado el día.
Estuve tranquila en todo momento, me sentía segura… durante la cesárea puse en práctica la respiración ascendente, que me ayudó a relajarme muchísimo y mantener los nervios a raya. El personal fue muy cariñoso conmigo y desde el momento en que entré en quirófano no pararon de apoyarme y hacerme sentir segura. A los cinco minutos de empezar, la matrona me dijo: “Tu niña preciosa ya está aquí” y de repente las palabras de mi ginecólogo, esa frase que jamás olvidaré:
“¡Venga Aina, a vivir!” e inmediatamente escuché su llanto, ese sonido que cambió mi vida para siempre.
Cuando me la pusieron encima todo el personal se quedó en silencio para que mi hija pudiera centrarse en mi voz. Siempre recordaré ese momento de respeto absoluto hacia nosotras. Después se la dieron a mi marido mientras terminaba mi operación. Ese poco rato que estuvimos separadas visualicé un cordón dorado entre nosotras dos, tal y como me recomendaste unos días antes, un cordón que nos unía, que brillaba con fuerza cada vez que yo respiraba y que nos hacía estar conectadas a pesar de estar separadas, eso hizo que esos minutos se me hicieran mucho más llevaderos.
Veinte minutos después, estaba en la sala de reanimación, con mi niña en brazos, feliz, orgullosa y empoderada. Enseguida nos subieron a la habitación para acabar de hacer allí la reanimación y que mi marido estuviera con nosotras.
“…con mi niña en brazos, feliz, orgullosa y empoderada”.
No puedo estar más agradecida por el curso porque sé que sin él y sin tus consejos todo habría sido muy diferente. Todo el personal me agradeció también que hubiera pedido cambiar el protocolo, era la primera vez que se hacía algo así en ese hospital y aunque por causa de las instalaciones no siempre será posible que se vuelva a hacer, prometieron reunirse e intentar solucionar esos problemas logísticos para que en el futuro más mamás pudieran tener una cesárea más humanizada.
Elisabeth preparó su parto con nuestro Curso Online para Embarazadas y tú, que estás leyendo este hermoso relato, también puedes hacerlo.
Y un excelente complemento y valioso recurso es el “Libro de Hipnoparto: preparación para un parto positivo” en el que incorporarás herramientas para vivir un parto real, sin miedos, empoderada y positivo.
Gracias infinitas Elisabeth por compartir tu experiencia, esperamos que este relato inspire a otras madres como tú, para que tengan la posibilidad de elegir dónde y cómo parir. Seguro que así será.
Aunque lo soñé, por problemas médicos no pude tener mi parto natural sin embargo, puedo decir que tuve una cesárea respetada, preciosa e inolvidable. ¡Gracias!

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