Tras un primer parto por cesárea programada, Cristina quería tener un parto lo más natural posible en esta segunda ocasión. Informada y empodarada, siguió adelante con su plan de parto vaginal después de cesárea. Durante su parto trabajó junto a su bebé Lía para conocerse al otro lado de la piel. En el parto, como en la vida misma, el mejor camino no siempre es aquél que esperábamos o deseábamos. Tras doce horas la historia tomó un curso diferente del que ella esperaba. Siente que la preparación con Hipnoparto la ayudo mucho a afrontar ese momento. Cristina preparó su parto con el libro de hipnoparto, recordad que ahora también está disponible el curso online de Parto Positivo ¡Enhorabuena Cristina! Os dejo con su testimonio:
En mi primer embarazo, mi caso fue una cesárea programada. Ésta vez yo deseaba parir naturalmente y a pesar de los riesgos (por la cicatriz y riesgo de rotura de útero) mi ginecólogo respetó mi decisión sólo con la premisa de que me pusiera de parto sola. En la semana 40+6, día 11 de mayo a las 00 Hs. sentí un pinchazo en el pubis y rompí aguas. En pocos minutos empecé con contracciones. Comenzaron irregulares pero se iban intensificando.
A las 7 Hs. las tenía bastante intensas, cada 3, 4 y 5 minutos. Decidí avisar para que vinieran a por Zoe; mi doula y yo tiramos al hospital. Llegué de 2 centímetros de dilatación y con el cuello borrado. Mi ginecólogo había dicho que prefería tenerme monitorizada y controlada y que fuera enseguida… Mucho caso no le hice porque ya veis todo el tiempo que esperé en casa.
Llegamos con olas uterinas cada 3 minutos, pero fue hacerme el tacto y se me cortó todo. Tres horas sin olas uterinas, un desastre. A las 17:30 Hs. decidimos poner un poquito de oxitocina a ver si se animaba, subieron la dosis tres veces y aquello se animó hasta que a las 19 Hs suplique la epidural.
Mi parto no avanzaba, un sólo centímetro en dos horas y Lía no acababa de bajar. Esperamos hasta las 23 Hs. ya sin dolor, pero nada. Habían pasado doce horas de largo parto y finalmente tuvimos que ir a cesárea porque la niña estaba sufriendo un poquito.
Al final me han tenido que reconstruir parte del útero ya que estuvo a punto de romperse. Igualmente, Lía está fenomenal, pesó 3,550 kilogramos y midió 52 centímetros y allí mismo en el paritorio me la pusieron al pecho y se enganchó súper bien a mamar.
Después de todo lo intenso y la incertidumbre pude cumplir mi sueño de intentar parir naturalmente, no fue posible pero no me arrepiento. El haberme preparado con hipnoparto me ayudó mucho, sobre todo las meditaciones. Me da tanta paz tu voz… Gracias por todo Carmen de verdad. Eres maravillosa.
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Por la emoción me era imposible dormir, así que me puse los audios de relajación de hipnoparto, y la voz de Carmen me estuvo acompañando hasta las 5 de la mañana. Al levantarme de la cama noté como caía un líquido calentito y de color clarito, ¡había roto la bolsa! Mi pareja empezó a llenar la piscina de partos, y me metí en ella a las 18:50 Hs. ¡Qué relax, que paz!
Lo siguiente que noto es algo calentito y resbaladizo en mi barriga y pecho y cuando bajó la cabeza ahí está mi pequeña. Eran las 15:50h y Aria ya estaba en este mundo. Me sentía muy fuerte en ese momento, muy empoderada. Con ella encima mio nada podía pararme.
Y por fin ahí estábamos las dos disfrutando ese intercambio de miradas. Se enganchó al pecho a los pocos minutos. Yo no tuve ningún tipo de desgarro y me encontraba fenomenal, más empoderada que nunca y con ganas de gritarle al mundo y en especial a las mujeres que somos pura magia.
Nos confirmaron lo que temíamos desde el principio: era imposible un parto natural, había que programar la cesárea. Lejos de dejarme invadir por el miedo, decidí que era hora de tomar la riendas y hacer de esa cesárea un momento precioso, único e inolvidable. Tenía toda la información del curso y sabía lo que quería.
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