El relato de Leticia habla del disfrute del trabajo de parto y de la bienvenida al otro lado de la piel a su bebé, ella se preparó para confiar plenamente en su cuerpo, y la naturaleza respondió con un parto natural, fluido y rápido que la llevo a sentirlo “Mágico, salvaje, instintivo, animal…” ¡Muchas felicidades familia!
Era 20 de julio, y acabábamos de cenar cuando decidimos tumbarnos un ratito en el sofá y disfrutar de un helado de chocolate. Entonces sentí como si algo explotara dentro de mí. Como si pinchas un globo. Efectivamente, rompí la bolsa de las aguas, y recuerdo que mi pareja me miró y me dijo: “Ha llegado el momento”
Estábamos preparados y sabíamos lo que teníamos que hacer, así que intentamos hacerlo de manera relajada. Nos duchamos, y subimos al hospital
Eran las 23h cuando ingresamos. Quise bailar en las puertas de urgencias porque sabía que era una forma de ayudar a mi cuerpo a generar de manera natural la hormona principal para favorecer el parto, la oxitocina. Así que, bailé.
Convertimos la sala de dilatación en un lugar cálido, tranquilo e íntimo. Incluso pusimos música que nosotros mismos habíamos preparado (anclaje auditivo). Y con la ayuda de un fitball continué tolerando muy bien las contracciones, cada vez de una mayor intensidad.
También fue muy importante el papel de Igor durante este tiempo. Junto a él, logramos que mi cuerpo produjera la cantidad de oxitocina necesaria para provocar las contracciones y hacer que el parto fuera avanzando positivamente
Me sentía bien, controlaba mi cuerpo y decidí no ponerme la epidural para sentir de la forma más natural cómo traía a nuestra hija al mundo. Movía mi cuerpo como éste me lo pedía e intenté, con éxito, llegar a la dilatación completa. Ya quedaba menos, y nosotros lo sabíamos. Cuando las olas uterinas eran más fuertes todavía, supe que el bebé estaba entrando en mi pelvis, y entonces me repetía que estábamos más cerca de tener a Olivia con nosotros. Todo estaba yendo muy bien, “yo ya sabía parir”
Entonces llegó la última fase, el expulsivo. En este momento, cada pujo nos acercaba al mejor de los finales, así que apenas costó, ¡sólo un poco más! Y llegó. Un momento que jamás podremos olvidar. Mágico, salvaje, instintivo, animal… La más grande de nuestras experiencias, sin duda
Eran las 1h del 21 de julio cuando llegaste, y desde entonces, eres lo más importante en nuestras vidas.
Quiero agradecer también al equipo de partos del hospital de nuestra ciudad su correcta actuación, permitiéndonos tomar nuestras propias decisiones, y colaborando con nosotros para hacernos sentir cómodos y en un ambiente de total confianza.Gracias
Esta fue mi experiencia, y he querido compartirla con vosotr@s. No es mejor ni peor que otras, simplemente es la mía. Con mis decisiones y siguiendo mis sentimientos y sensaciones. Tampoco quiero impresionar a nadie con ello. Lo más importante es que, llegado el momento, tengas información y seas tú misma quien “navegue tu parto”
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Recuerdo gritar muy fuerte “vieneeee” y empujar, y sentir como mi pequeña asomaba y se metía. En el siguiente pujo, mi pareja me dijo que la veía, que tocase su cabeza, y sentí su pelo. Al siguiente, la cabeza empezaba a salir, y al siguiente, su cabeza salió. Realmente fue la experiencia más impresionante de mi vida.
Sin duda, ha sido la experiencia más empoderadora, salvaje e intensa que he vivido nunca. El curso es maravilloso y realmente me ayudó a estar preparada para ese día. A quitar miedos y a estar preparada para cualquier escenario. Sin las clases, no se como lo habría llevado.
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