Soy Gracia, tengo 28 años y una hija mayor que va a cumplir 8 años esta semana y no se nos ocurría mejor regalo que una hermana pequeña.
Todo sucedió la madrugada de un 9 de diciembre del 2021. Llevaba en pródromos de parto tanto tiempo que ya era rutina para nosotros.
Desde la semana 37, había empezado a tener contracciones que ayudaron a ir borrando el cuello del útero y, como en mi primer embarazo no me pasó, acudimos en varias ocasiones a urgencias cuando las contracciones iban siendo regulares.
En cada oportunidad volvíamos a casa porque en el hospital nos decían que aún era pronto… ¡y tanto que lo era!
Nuestra peque no estuvo preparada para salir hasta la semana 39+6, ósea que la espera entre contracciones diarias y molestias en el pubis se hizo un poquito larga, no os voy a engañar.
Pero el parto fue tan mágico e impresionante que la espera mereció la pena.
Mi marido Santi y yo hicimos el Curso Online de Hipnoparto de a ratos, cuando podíamos y la mayor estaba con los deberes o ya durmiendo.
Tengo que decir que sin este curso, no se cómo habría podido aguantar tanto en casa y no sé si Santi habría podido ayudarme de la misma manera en la que lo hizo.
El curso le aportó tal cantidad de conocimientos sobre el parto y sus etapas, que estuvimos súper compenetrados en todo momento.
Esa sensación de sentirte tan acompañada, ¡es sencillamente brutal!
El miércoles 8 estuve todo el día manchando hilos de sangre, que supuse que sería el tapón o que mi cuello seguía borrándose. Así que pasé un día normal con la familia y con contracciones irregulares.
Ya tarde en la noche, a las 1:30h de la mañana, me desperté con un fuerte dolor lumbar y supe que esa ola uterina ya era fuertecita y que, si seguía así, quizás era nuestro día.
Una hora más tarde, decidí despertar a Santi tras 5 contracciones igual de intensas, diciéndole dulcemente “cariño, creo que hoy conocemos a Gala” y se despertó con una sonrisa.
Como ya habíamos tenido falsas alarmas, decidí esperar en casa lo máximo posible, escuchando los audios de hipnoparto del curso, visualizándonos juntos en la playa o en el campo tumbados en el césped rodeados de flores, mientras iba cambiando de posturas para ver si se me distanciaban o la intensidad bajaba, pero no…
A las 4:00h me metí en la ducha y en lo que duró la ducha tuve 3 olas uterinas bastante fuertes y al salir, iban cada vez a más.
Santi me dijo de llamar a mi madre para que se quedase con la mayor que estaba durmiendo y le pedí que me diera un rato más, que no quería despertarla en vano.
Hasta que una ola uterina me hizo tirarme al suelo y quedarme sin aire. No pensé que llegarían a ser tan potentes.
Llamamos a mi madre de inmediato y a los cinco minutos ya estaba con nosotros.
De la puerta de casa hasta el coche tuve 3 contracciones (una por minuto o menos) que me hacían caer al suelo.
El mejor sitio donde podía estar era acuclillada en el suelo con mi marido a mi lado, recordándome que respirase y que relajara la mandíbula.
En el trayecto al hospital, que de normal son 20 min y mi marido lo hizo en 10, le dije que quizás tenía que empujar en el coche, y que si se sentía preparado para ayudarme a dar a luz. Él me repetía que íbamos a llegar, que estábamos ahí mismo.
Pedí la epidural apenas llegamos al hospital, esa intensidad era demasiado para seguir respirando.
Cuando me dijeron que no podían ponérmela porque estaba en completa, y que lo único que sujetaba a mi hija era la bolsa intacta, me derrumbé.
Me dio una arcada y, al vomitar, se rompió la bolsa. Ya sólo podía pujar.
Me dieron óxido nitroso para calmarme un poco, pero sentí que no me hacía nada.
No paraba de repetirme que no podía hacerlo, que era demasiado para mi.
Pero Santi y las 3 matronas que lo dejaron todo para atendernos, me repetían casi al unísono que sí podía, que lo estaba haciendo ya.
Y así fue como Gala nació. Alas 5:54h, tan sólo 34 min después de llegar al hospital.
Yo me sentía en una nube, asombrada por lo que acababa de suceder y poderosa a la vez, con nuestra bebé encima de mí haciendo el piel con piel.
Santi no paraba de repetirme “eres una super mujer, qué fuerte has sido cariño, ya tenemos a Gala con nosotros!”.
Doy las gracias a Carmen por este gran curso, que nos ha unido y nos ha ayudado a ser UNO en el momento de traer a nuestra segunda hija a nuestras vidas.
Así termina este hermoso relato. Gracias por compartir tu experiencia con nosotras.
Gracia preparó su parto con el Curso Online a Tu Ritmo y tú, que estás del otro lado, también puedes hacerlo.
Y un excelente complemento y valioso recurso es el “Libro de Hipnoparto: preparación para un parto positivo” en el que incorporarás herramientas para vivir un parto real, sin miedos, empoderada y positivo.
Lo volvería a hacer mil veces, todo fue excelente y no cambiaría ni un segundo, esa era la forma en la que Alma decidió venir a este mundo y fue totalmente espectacular poder ayudarla a encontrar su camino.
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