Hoy Miriam comparte su maravilloso parto. Tengo el placer de conocer a Miriam en persona. Nuestros caminos se han vuelto a cruzar gracias a su embarazo después de muchos años. Nada pasa por casualidad y no hay nada más gratificante que haber contribuido a que Miriam tubiese una experiencia muy positiva y empoderadora. Hoy la comparte con nosotras ¡Enhorabuena Miriam y bienvenido Aryan!
No os lo perdáis su relato. Aryan llegó a los brazos de su mamá entre cantos y bailes ¡Espectacular!:
Hoy Aryan cumple una semana y no podemos estar más felices. Ha llenado nuestro corazón de un amor imposible de describir (tú lo entiendes bien).
Te cuento mi parto positivo:
Había venido diciéndole a mi bebé que a partir del Viernes 19 (37+5) estaba lista para que viniera. Y él tan obediente… El sábado 20 a las 11.48 (y lo sé porque fue justo haciéndome una foto) que rompí aguas estando en la playa. No me lo podía creer: estaba súper feliz, tranquila, emocionada… Llamé a mi marido y le avisé de que íbamos a ser padres. Poco más de una hora después volvía a casa donde me esperaba mi marido con un buen plato de pasta (nos habían recomendado comer bien). Pasaban las horas, y las contracciones no llegaban. Llegó la hora de cenar, fuimos a cenar a un tailandés (por si el picante ayudaba), dimos un paseo,… Y nada. En todo momento me sentía muy tranquila: las aguas eran claras, mi bebé se movía,… Así que sabía tenía 24 horas antes de ir al hospital para evitar una intervención precoz. Durante la noche tenía molestias como de dolores menstruales pero no iban a más. A las 7 me calcé las bambas y me fui a dar un paseo de hora y medio por hasta el puerto y de vuelta.
Poco a poco trataba de concienciarme de que quizás acabaría con una inducción si no empezaban mis contracciones: trataba de pensar en que aún así podía ser positivo y lo importante es que tendría a mi bebé en los brazos y confiaba en mi ginecóloga.
A las 12 llegaba al hospital. Me tenían que ingresar y por riesgo de infección me dieron antibiótico. La comadrona me explicaba todo y de lo primero que hizo fue preguntarme qué clase de parto quería. Habló con mi ginecóloga y dadas mis preferencias me dieron 4 horas más antes de hacer nada, a ver si mis contracciones empezaban a ser más seguidas: por entonces eran flojitas cada 20 minutos y sólo estaba dilatada de 2cms.
Me pasé más de dos horas de esas 4 recorriéndome el hospital y subiendo y bajando escaleras: me apodaron la correcaminos. También estuve en constante movimiento con la pelota de pilates, y estuve bailando con mi marido.
Cuando vinieron a buscarme y me llevaron a monitores tan solo había dilatado un cm más en casi 5 horas, y aunque ya tenía contracciones eran muy espaciadas. Nos explicaron las opciones que teníamos, nos dieron tiempo para hablarlo y decidir. Finalmente decidimos aceptar la oxitocina en goteo lento, lento para dar tiempo a mi cuerpo.
No había hecho efecto la primera gota que mis contracciones empezaron a ser muy fuertes. Dos horas y media más tarde (sin haber dilatado) tenía un dolor horrible. Del mismo hasta me arranqué la vía. Yo respiraba y hacía mis visualizaciones pero tuve que aceptar que así no iba a aguantar mucho más y decidí hablar con mi marido, quien me apoyó sin reparos.
Vino el anestesista, me puso la epidural y en cuestión de 40 minutos, había dilatado completamente y el bebé había bajado. Estaba lista para conocerle 🙂
La comadrona me dijo que aunque la epidural aún no había hecho efecto completo, el hecho de haberme relajado había dado el espacio a mi cuerpo para que todo fluyera.
La ginecóloga tuvo que venir corriendo, y en cuanto me abrí de piernas, me hizo poner los dedos para sentir la cabecita de mi bebé. Mi marido puso música, y entre pujo y pujo (todos dirigidos por mí) mi marido, la comadrona, la ginecóloga y yo, bailamos y cantamos. En total, 12 minutos hasta que apareció mi bebé al que pude coger yo y poner sobre mi pecho. A los 5-10 minutos ya estaba agarrado a mi pecho y nunca fue separado de nosotros hasta la salida del hospital excepto para que le viera el pediatra.
Empecé a hacer las relajaciones de parto positivo sobre la semana 14 del embarazo porque sufrí de insomnio. En varios días muchas cosas cambiaron en mí, y empecé a disfrutar del embarazo, a confiar en mí y en mi bebé. El libro lo leí de un tirón por entonces y me comprometí a leerlo de nuevo en la semana 20, 30 y 35. Las últimas semanas del embarazo hacíamos la relajación juntos con mi marido y ambos nos dormíamos con ella.
No sé cómo expresar lo agradecida que estoy por tu ayuda, porque me sentí empoderada y confié en mí y en mi bebé, y así fue el parto. POSITIVO. No exactamente todo lo que había pensado, pero sí me sentía como deseaba sentirme y para siempre tendré un recuerdo maravilloso del nacimiento de mi bebé, lo más bonito que nos ha dado la vida.Gracias Carmen, muchas gracias.

0 comentarios